EL PERRO Y LOS PERRITOS
“Colmillo blanco” es un perro de presa, mitad perro y mitad
lobo. Mientras pasaba de familia en familia, no encontró más que recelos y
malos tratos – sólo le querían para las peleas -, el perro desarrolló su parte
agresiva, su porción de lobo: atacaba a las persas y a los animales, sin
distinción. Cuando por fin llegó a una familia que supo tratarle con cariño, el
perro “terrible” aprendió a ser cariñoso y juguetón: desarrolló su porción de
perro bueno y se hizo querer como perro protector.
Los perros agresivos que antes habían peleado con él y
habían perdido, ahora se reían de él y lo tachaban de cobarde, de interesado,
de vago.
Los perros que siempre habían sido pacíficos y que le
temían, no se querían juntar con él, decían que simulaba ser bueno y pacífico
para matarles y devorarles mejor.
“Colmillo blanco” andaba triste porque no le dejaban ser
bueno, ninguno olvidaba su pasado y todos desconfiaban de su futuro. Una vez
peleó con uno, lo pudo destrozar y no lo hizo, para que vieran que ya no quería
ser agresivo.
Otra vez, salvó a unos perritos de la boca de un lobo. E
hizo muchas cosas buenas, pero no le creían. Estuvo a punto de ser malo. Sólo
los perritos pequeños se juntaban con él y le querían. Él les enseñaba cosas
buenas. Ellos fueron los únicos que le probaron que valía la pena seguir siendo
bueno aunque los demás no se fiaran de él.
Alfonso Francia.
Recuerda: los niños y niñas son los más generosos y nobles,
son el futuro de un país. Ayudarles, educarlos es lo más importante para todo
adulto.
Como tarea, comparte este tema con tus padres. Escribe lo
que ellos te dijeron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario